miércoles, 31 de diciembre de 2014

Meditación de fin de año


Les quiero hacer llegar mi más sincero saludo en este último día del año. Seguramente todos estarán preparando con mucho esmero la cena de fin de año, los encuentros familiares etc. Espero que todos disfruten sanamente y con sus seres queridos en medio de la paz que Cristo Niño nos trajo en Navidad. Pero este día 31 también es importante detenerse un poco aunque sea brevemente para dar gracias a Dios por este año que acaba y por el que comienza. Para ello podemos servirnos de tres actitudes, que el Papa Francisco ha mencionado hace poco: Mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con alegría, abrazar el futuro con esperanza.

Mirar al pasado con gratitud

Mirar este año 2014 que se va, con ojos llenos de agradecimiento. Ante todo a Dios, porque un año más hemos comprobado su bondad, su amor incondicional, su cercanía, su misericordia infinita, su paciencia sin límite. Pero sobretodo podemos darle gracias porque Él ha sido fiel. Siempre fiel. Fiel aunque quizás nosotros no lo hemos sido tanto; porque Él no nos ha olvidado aunque quizás nosotros lo hemos dejado en algún momento, o hemos prescindido de su amistad, creyendo que con eso íbamos a ir por buenos caminos o íbamos a ser felices. Dios ha sido fiel, y este año 2014 hemos comprobado su fidelidad. Por eso debemos decir con el salmo: ¿Cómo pagaré al Señor por todo el bien que me ha hecho? y con otro salmo responderemos: “Demos gracias a Dios porque es bueno, y porque es eterna su Misericordia”. Y darle gracias significa prometerle cambiar con su ayuda lo que tengamos que cambiar para ser mejor cristiano. Darle gracias significa pedirle perdón por nuestros pecados, ingratitudes, olvidos para con Él y para con nuestro prójimo. Darle gracias significa que vamos a valorar más su amor, su amor apasionado por cada uno de nosotros; un amor que lo llevó a abajarse tanto de nacer en una pesebre y morir en una cruz. Miremos este 2014 que acaba con gratitud, porque sobretodo Dios ha sido bueno y fiel con nosotros. 

Vivir el presente con alegría

La alegría es un tema importante en la vida, y sobretodo en la vida cristiana. Debemos buscar siempre la alegría, vivir nuestra fe con alegría, el noviazgo, el matrimonio, la vocación propia de cada uno con alegría. Pero alegría no significa risa o carcajadas. Por experiencia propia sabemos que muchas veces esas risas son máscaras de tragedias. La alegría cristiana no es ausencia de problemas, sino la consecuencia de la presencia de Dios. De Dios que es mi Padre, mi hermano, mi amigo; el que me perdona, me levanta, me acompaña. El que será siempre fiel en esta vida y en la que viene. Decía San Agustín que “ no hay alegría más falsa que la que proviene del pecado”. Esto es una invitación a que este año 2015 busquemos la alegría que proviene de Dios. La alegría de la conciencia en paz, de las manos limpias, de la entrega en lo que hacemos; la alegría de buscar perdonar y de pedir perdón de corazón; la alegría que es hacerle guerra a la tristeza, que tanto daño hace al alma, alegría que significa ver a Dios no como un justiciero, sino como el Padre del hijo pródigo, con el que siempre podemos contar para empezar de nuevo. Cuando se vive así, por muchos problemas que tengamos el presente se vive con alegría. Prometamos a Dios que este 2015 trataremos de vivir así. 

Abrazar el futuro con esperanza

La esperanza cristiana dice el Papa Francisco, no es optimismo, sino fe. La esperanza no se basa en nosotros, sino en Dios. El optimista dice: “Todo saldrá bien si yo pongo los medios” pero el que tiene fe dice: “Si yo pongo todo de mi parte, Dios me bendecirá”. El P Jorge Loring decía: “ Dios pone casi todo y nosotros ponemos casi nada. Pero Dios no puede poner su casi todo si nosotros no ponemos nuestra casi nada”.  El que realmente cree en Dios, en su Providencia amorosa, nunca quedará defraudado; porque aunque humanamente le vaya mal, sabe perfectamente que tarde o temprano vendrá la mano de Dios a sacarlo adelante. Ciertamente para que la esperanza en nuestra vida crezca en este año 2015 que comienza, debemos pedir a Dios un poco más de fe en Él, en su Providencia, en su amor. Recordando como dice San Agustín: “ Tú haz lo que puedas, que Dios hará lo que tú no puedas”. Veamos con ojos de esperanza este nuevo año que comenzará pronto. Este año podemos lograr lo que no pudimos este año que está pasando; este año podremos lograr con la ayuda de Dios el ser mejores, más buenos, mejores padres madres, mejores hijos, pero sobretodo mejores cristianos. Porque recordemos que la última palabra en la historia no la tiene el mal, sino el amor y la esperanza. 

Pido a Santa María Madre Dios, cuya fiesta celebraremos mañana 1 de enero, que nos ayude a crecer en nuestro amor, para mirar nuestro pasado con gratitud, vivir nuestro presente con alegría y abrazar nuestro futuro con esperanza. 

Dios los bendiga y les deseo de corazón un feliz año 2015 lleno de bendiciones de Dios y de su Madre Santísima 

Servidor en Cristo y María 

P Juan Carlos Mari LC 

No hay comentarios:

Publicar un comentario