Esta noche
se celebra en el mundo la noche de brujas o halloween. Quizás para muchos de
nosotros es algo que no nos llama la atención porque creemos en otras cosas, o
simplemente no hacemos caso a las ¨fiestas paganas¨. Además que sabemos que
esta fiesta nació en el ámbito cristiano y no era como hoy la quieren presentar. La fiesta de Todos los Santos se
celebra el 1 de noviembre en la Iglesia Universal desde el año 840. Antes de
esta fecha, había un día para recordar y celebrar a todos los mártires, hasta
que el Papa Bonifacio IV, transformó un templo de Roma dedicado a todos los
dioses (el Panteón), en un templo cristiano, dedicándolo a "Todos
los Santos". Desde entonces la fiesta se fue extendiendo, primero en
Europa y luego en todo el mundo. Como fiesta mayor, tenía su celebración
vespertina en la vigilia ( la noche del
día anterior - 31 de octubre -) para
preparar la fiesta. En Inglaterra se le llamó a esta vigilia vespertina: All
Hallow’s Even (Vigilia de todos los santos). Con el paso del tiempo su
pronunciación fue cambiando….All Hallowd Eve …., All Hallow Een….., Halloween.
Por esto ahora se relaciona esta fiesta con la tradición norteamericana del
halloween que, en su forma actual, nada tiene que ver con las fiestas
cristianas.
El caso es
que el mundo entero parece estar de fiesta. Veremos esta noche disfraces de
todos los colores y gustos. Y al grito de ¨truco o dulce¨ niños vestidos de
pequeños demonios nos saldrán al encuentro, divertidos.
Me recuerdo, que cuando era pequeño,
tenía bastante temor a esta fiesta. En
ella me venían a la mente películas que me dejaron helado de terror por varios
años. Cada noche de brujas me recordaba de ¨Pesadilla en la calle Elm¨y la
sonrisa maléfica de Freddy Kruguer. O la horrible máscara de Jason , o la peculiar carcajada
del payaso de ” It “; los ojos de la
niña poseída de la película de “El Exorcista.” Todo eso en la noche de brujas.
Una noche de terror, una noche de miedo. El mensaje de esta noche es el miedo.
Un miedo en el que al parecer vivimos, lo queramos o no. Los fantasmas y
¨seres¨de ultratumba se alimentan de
nuestro miedo.
Creo que hoy nuestro mundo adolece
principalmente de la tristeza. Por eso, en muchos casos, cree que la felicidad
se encuentra en todos lados, o lo que es peor, llama a cualquier cosa
felicidad. Pero en el fondo nuestra civilización occidental se ve alimentada
cada vez más por el miedo. Miedo a las
profecías apocalípticas del 2012 y sus años posteriores; miedo a los
cometas que pueden chocar con nuestro planeta; miedo a la destrucción de la
tierra por los abusos ambientales y los cambios climáticos que éstos causan;
miedo al terrorismo, miedo al resurgir de los totalitarismos; miedo a las
crisis económicas, etc, etc. Parece ser que el mundo está sumido en una noche
de brujas, en un permanente halloween. Miedo y más miedo. Y hoy como ayer el
mal y el antiguo enemigo se alimenta de miedo.
Pero recordemos que el miedo puede
ser vencido por el amor.
Nuestro Señor Jesucristo siempre insiste en sus
apariciones: ¨No tengáis miedo¨ . La confianza se funda en el amor.
Precisamente cuando nuestra alma es invadida por el miedo, Cristo vuelve a
repetir: No tengas miedo, yo estaré todos
los días hasta el fin del mundo
Jesús
no sólo quiere que yo sea valiente para no tener miedo a los ataques del mal.
Dios quiere quitarme el miedo de ser bueno con todo el corazón, de amar
apasionadamente a Él y a los demás, de
vivir intensamente cada momento de mi vida haciendo el bien. Dios quiere quitarme
el miedo de ser santo. Santo, sí hemos escuchado bien, santo. Hemos sido
llamados por Él a ser santos, quiere decir que podemos serlo. De hecho la
fiesta de Todos los Santos es la razón de que esta noche sea tan especial.
El
martirologio actualizado contiene 7.000 santos y beatos venerados actualmente
por la Iglesia, cuyo culto reconoce oficialmente y propone a los fieles como
ejemplos para imitar. Y debemos saber que la mayoría de los santos no son solo
Papas, Obispos, sacerdotes, religiosas. Cuántas amas de casa, esposas, madres,
empleados, obreros, arquitectos, mendigos. Del más pobre, al más rico. Del
plebeyo a los reyes. Todos tienen su representación en la santidad. Porque si
el cielo es para todos, la santidad es possible para todos. Pues en todo lo que
hacemos, ahí en el secreto de nuestro corazón , Dios nos llama a amar más y
amar major, a amarlo a Él y amar a todos con pasión, pues eso es en resumen la
santidad. Buscando hacer el mayor bien, dando el mayor amor. Y en el
mundo hay mucha gente buena, gente ordinaria, con un amor a Dios y a los demás
extraordinario. Gente Santa.
Pensemos en tantos más , en los vivos, en
los que están cerca de nosotros. No sólo de sacerdotes y monjas; sino tanta gente normal, gente de la calle, gente
con la que nos topamos en el bus, en el supermercado, en el semáforo, tantas
madres y padres de familia, tantos chicos y chicas, que se esfuerzan por amar a
Dios. Santos aquí y allá. Haciendo de este mundo, un mundo mejor por medio de su ejemplo, y van haciendo
que el miedo vaya desapareciendo. La santidad es para todos. La santidad es de
todos. Esto nos debe invitar a pensar que yo puedo, yo debo estar en la lista
de estas personas que “brillan en el cielo, como piedras preciosas”. Cuando
lleguemos al cielo descubriremos que ser santo era más sencillo de lo que
parecía.
Pero claro, la santidad no es algo fácil. Los
principales enemigos de nuestra santidad, es precisamente nosotros mismos.
Vemos tan lejos el ideal de santidad, precisamente porque caemos y caemos, y
nos desanimamos. Dios no quiere nuestro pecado, pero nos ama porque nos ve
pecadores y débiles. Como un papá que puede tener muchos hijos, pero siempre
tendrá predilección por el más débil. Para la santidad no nos queda otro camino
que la confianza en el amor de Dios. Esta hermosa oración del Venerable Juan
Pablo I nos puede ayudar: Señor,
tómame como soy;
con mis defectos
con mis debilidades.
Pero hazme llegar a
ser
como tu quieres.
Por eso, esta no es una noche de brujas y
de miedo. Esta noche realmente es la
víspera en la mañana celebraremos el amor de Dios y la valentía de una gran
cantidad de hombres y mujeres de todos los tiempos, que se han dejado cambiar
por Dios: Todos los santos. Dejémonos de miedo y tengamos más confianza en el
amor de Dios, que puede hacer milagros con nosotros.
Santos de todos los siglos. Santos de todas
las épocas. Santos comunes y sencillos. Santos grandes y pequeños. Santos de
todas las edades, de todos los países, vivos y muertos; del cielo y de la
tierra. Todos los santos : Rogad por nosotros.
Con mi bendición
P Juan Carlos Mari LC
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